viernes, 1 de junio de 2007

¿Qué esconden los ojos de Norma Desmond?

Algunas (presuntas) personas me tienen considerado como un loco del cine mudo, ya que intento conseguir todas las que puedo y las voy viendo con frecuencia. Pero si tengo en cuenta todas las películas que he visto, que son muchas, las que forman parte del cine mudo (o las "silent movies", como ustedes prefieran) solo son una pequeñisima proporción, ínfima me atrevería a decir.
A pesar de ello, como siempre me encuentro que tengo que defender públicamente el cine mudo, normalmente frente a personas que no han visto películas mudas, o que lo único que conocen es algo de cine expresionista, básicamente "Nosferatu" y "Metrópolis", pues me he ganado una fama que no merezco. Otra lamentable razón es que conozco pocas personas que hayan visto más películas mudas que yo, así que si se me supone "experto" en cine mudo no lo es tanto por mi virtud, sino por defecto ajeno, ya que el desconocimiento es mayoritario incluso entre los que se consideran cinéfilos.

Recuerdo que hace algún tiempo presencié una proyección publica gratuita, primero los dos cortos de Tim Burton financiados por Walt Disney, y después "El moderno Sherlock Holmes" de Buster Keaton. Después de la proyección de los cortos de un novato y torpe Tim Burton, que si bien eran entretenidos eran muy limitados, una parte muy importante de los presentes dejaron la sala sin dar ninguna oportunidad a Buster Keaton, que cuando rodó la película era todo un cineasta experimentado y extraordinariamente creativo. Me pareció muy triste, pero fue proyectar la película y olvidarse las tristezas, allá ellos, pensé.

Ese desconocimiento llena al cine mudo de tópicos, algunos ridículos, como considerar que el cine mudo carecía de guionistas. Es cierto que algunos directores improvisaban, sobretodo en el slapstick, y también es cierto que otros cineastas no utilizaban guiones, sino graficos o pseudopentagramas, como Eisenstein, de otros se decía que simplemente tenían la película en la cabeza, como Griffith... pero la gran mayoría de directores se sentaban para crear una historia, un desarrollo y su estructura... y es que se nos olvida con mucha facilidad que la principal labor de los guionistas no es crear diálogos (que los directores y los actores tienden a cambiar a su antojo), sino crear una estructura solida, una base potente para el director y todos los que trabajen en la película, esa es la principal cualidad del buen guión y eso ya se daba totalmente en el cine mudo, etapa especialmente creativa, donde se probaban numerosas formas distintas de realizar películas, donde se jugaba con las estructuras de forma muy creativa.

Lo más sorprendente del cine mudo, es que a pesar de su atraso tecnológico en comparación a la actualidad, ofrece un abanico extraordinario de posibilidades y cualquier director que se limite a saquear y modernizar conceptos utilizados en el cine mudo aparecerá como un director creativo e innovador, ya que el cine actual es terriblemente uniforme. Un ejemplo sencillo, en el cine mudo el cine norteamericano, el sueco, el italiano, el alemán, el francés, el soviético o el japonés (por indicar las principales industrias de la época) eran muy diferentes, en su forma y en su contenido, en la actualidad la principal diferencia se encuentran en sus idiomas y en sus presupuestos (la distribución forma parte de la sección "presupuestos), pero no existe una forma distinta de hacer cine o de entender cine.
Sí claro, ahora aparecerá quien diga que existe una gran diferencia entre el cine comercial estadounidense y el cine de autor europeo, diferencias ínfimas si comparamos las diferencias reales entre el cine soviético de vanguardia o el realista norteamericano, o el expresionista alemán o el impresionista francés. Antes una película japonesa solo podía rodarse en Japón, hoy en día las películas japonesas en su mayoría son como las occidentales, pero con rasgos orientales. Esa es la maravilla del cine mudo, es imprevisible, creativo, fresco.

Otra idea absurda es la de considerar el cine mudo como "cutre", en los años 20 el cine reinaba en todo el mundo, no había ningún otro medio de comunicación de masas que pudiera hacerle sombra (muy lejanamente los periódicos), hoy en día el cine es uno más de los muchos entretenimientos de masa, en ocasiones incluso parece que rueden las películas para justificar el posterior videojuego, es ahora cuando el cine carece de importancia, cuando los exhibidores consideran el triunfo o fracaso de una película según el volumen de palomitas y refrescos vendidos.

Así que basta ya de creernos superiores. de mirar el pasado por encima del hombro, eso es narcisista y estúpido, antes el cine era realmente grande, y como decía Norma Desmond en "Sunset Boulevard" (1950), son ahora las películas que se han vuelto pequeñas.

No nos empequeñezcamos también nosotros.




3 comentarios:

JO,JOan dijo...

SrNadie:

Me ha parecido, si no poco, interesante, el punto de vista que ha desarrollado sobre estas líneas, acertado.

Su discurso, a la par que obvio, es un punto de vista. Porque como dijo el viejo sabio aquel, todo depende del cristal con que se mira. Y en el caso del cine entendido como una unidad global, es decir, una representación socioconstruccionada, no escapa de la hoguera de la revolución. No estoy hablando precisamente de porque el film "300" se mide en función del número de sms que se ingresan en un 5555 para conseguir dos viajes a la antigua Persia o simplemente a los estudios donde se rodaron. Me refiero al hecho que el cine como representación real, ya no es de por sí la representación real que era incluso, cuando ni siquiera existia.
Yo mismo, como usted bien sabe, soy un neofito, en mis escasas incursiones de este, llamémosle genero.
Pero tenga usted a bien de reconocerme, que adentrarse en este singular e inospito, inexplorado mundo (en la actualidad) sencillamente corrobora la idea que el tratamiento a la propia identidad "cine" como arte o entretenimiento también es un debate que quizá en aquel tiempo hubiere desarrollado bajo otros parametros.
No obstante como usted bien apunta, hay mucho de David Wark Griffith aún por ver, y que tragamos incluso en youtube (aaayy! yo tube y retube).
Así que no desespere usted por el malestar que parece manifestar al comprobar que a la gente no le gusta el mudo y piense solamente, que arte, entretenimiento, o sencillamente cine, es simplemente historia.

SrNadie dijo...

Lo qué de qué????

My darling, tu sabiduria y don de palabra me abruma, tanto que no he entendido ni jota. Es lo que tiene tener la mente de un ser superior: ser tanto un incomprendido, como incomprensible.

Anónimo dijo...

Interesante reivindicación del cine mudo.

He de decir ante todo que a mí también me gusta mucho el cine mudo, especialmente el expresionismo alemán (he visto algo más que Metrópolis y Nosferatu).

Lo que dices es cierto, no es un cine cutre, pues en aquella época las películas se hacían a conciencia hasta tal punto que el cine era casi un motivo de orgullo para el país.

También, es verdad que en aquella época había ´muchas limitaciones técnicas pero éstas eran suplidas mediante la creatividad, cosa que parece haberse invertido en nuestros días, ya que ahora prima el espectáculo en detrimento de la calidad artística.

Por desgracia, el cine hace mucho que dejó de ser el séptimo arte para convertirse en un negocio más, en el que, como todo negocio, lo que prevalece son los beneficios económicos pero nada más. Mientras, la gente se ha ido acostumbrando al cine-espectáculo de palomitas que, unido al analfabetismo cultural, hacen que ya no quieran otra cosa, de ahí que no es de extrañar que rechacen el cine mudo.

No quiero terminar sin decir que a mí también me tienen por loca y excéntrica cuando digo que me gusta el cine mudo pero ya se sabe, la ignorancia es la madre de todos los atrevimientos.

Un saludo.