Cuando el cine mudo empezaba a dar sus últimos coletazos, dos obras de similar nombre y de misma naturaleza metalingüistica (metacine) se estrenaron en distintos lugares del mundo, buscando objetivos diametralmente opuestos y con un uso del lenguaje cinematográfico tan diferenciado como magnifico. Pues esa es la grandeza del cine, como tantas otras artes, la paradoja de que diferentes artístas puedan presentar obras contrapuestas, totalmente divergentes en contenido y forma, así como en finalidad, pero sin que ello reste validez a ningunas de estas obras, pues tanto como la realidad no es cuestión de buenos y malos, el arte es antetodo cuestión de talento (y trabajo), y por muchas diferencias que tengan el uno con el otro, ese talento siempre los unira... y la coincidencia de un mismo titulo, que procesa amor hacía ese artefacto que les cambió la vida: la cámara cinematográfica.
1. “The Cameraman” de Buster Keaton
“The Cameraman” es una película rodada en 1928, dirigida por Edward Sedgwick, aunque por todos es conocido que Buster Keaton, en la epoca de máximo esplendor, tenía un gran control sobre sus propias películas, almenos hasta su contrato con MGM, y cuando se realizó esta película era una estrella, por poco tiempo, pero lo era, así que de manera extraoficial Buster Keaton era siempre co-director de sus películas, si bien no siempre se acreditaba como tal. Por lo que que “The Cameraman” es una de las ultimas obras en las que Buster Keaton tuvo control real sobre el resultado final. En esta película Keaton retoma su personaje tipo: un joven norteamericano algo torpe y atontado, pero muy cabezota, que luchara contra viento y marea por conquistar el corazón de su amada. Casi todas sus películas tienen esta estructura, sencilla pero efectiva, variando el contexto donde ocurre la acción y la situación de los personajes, en este caso se trata de un fotografo de poca monta que se enamora de una chica que trabaja con reporteros “documentalistas”, que graban con cámaras de cine noticias para luego incluirlas en los noticiarios. Keaton se comprará una cámara vieja y algo destartalada, e intentará grabar imagenes interesantes para lograr asombrar a su amada. La película tiene todos los cliches de la comedia romantica, chico enamorado, chica que duda entre dos hombres, chico guapo y respetado por todos que va detras de la chica.... a lo que hay que sumarle los cliches de Keaton (los desastres que ocurren a su alrededor, su torpeza...), lo que convierte a este film, que quizás no sea su mejor obra, en un buen ejemplo de su cine. Donde el gag visual es el protagonista, y es que si bien el argumento y los personajes son previsibles, la imaginación visual de Keaton es lo que hace que su películas sean tan interesantes: la batalla campal en el barrio chino, las subidas y bajadas de pisos esperando una llamada (utilizando el mismo escenario que Franz Borzage en “El septimo cielo”),... así como también destaca su magnifico uso del espacio: la piscina, los vestuarios, la barca, etc... y sobretodo por su increible sentido del ritmo, muy deudor de la tradición “slaptick”, y que luego heredarían los “cartoons” animados. A esto sumenle un mono pequeño que se cuelga al cuello del protagonista, metiendolo en aún más problemas, un contrincante chulillo y todos los accidentes, resbalones, errores y persecuciones imaginables. La finalidad de Keaton es clara: divertir. Pero lo hace de forma imaginativa y muy creativa (por esa imaginación, surrealistas como Buñuel lo admiraban religiosamente), contando una historia a priori sencilla, facil de entender por los espectadores, pero de muy elaborada preparación, imaginativa y detallista. Una curiosidad, su jefe realiza un visionado con lo primero que rueda Keaton, el resultado es una especie de documental con imagenes sobreimpresionadas, supuestamente por culpa de la inexperiencia y torpeza de Keaton, por lo que su jefe le abronca y le avergüenza delante de la chica. La filmación que vemos bien podría ser obra de Dziga Vertov.
Buster Keaton y su chica se disponen a salir a pasear, pero un ligon de piscina esta con ella.
“El hombre de la cámara” de Dziga Vertov
Dziga Vertov es un experimentador audio-visual de fuertemente influenciado por el futurismo (su nombre artístico podría traducirse como: “Gira Peonza”), que tanto había influenciado al teatro sovietico y a algunos cineastas (como Eisenstein). Realizó un manifiesto en el que acusaba al cine de ficción argumental de servir exclusivamente a intereses burgueses, algo que según él esta implicito en su naturaleza, proponiendo un cine no-burgues, por lo tanto proletario, que reflejará la realidad, sin utilizar actores ni artificios de origen teatral o literario, y solo utilizando aquellos elementos exclusivos y especificos del cine, basicamente el montaje y el punto de vista. Para Vertov era necesario la creación de un valiente “ejercito” de revolucionarios de la imagen, cámaras indomitos y atrevidos que se dedicaran a observar y a utilizar su cámara como si fueran su propio ojo (según él la cámara era más perfecta que el ojo), soldados llamados “kinoks” cuya arma revolucionaria era su cámara. Vertov realizó numerosos laboratorios de experimentación audiovisual relacionado con los noticiarios, siendo el más popular el “cine-ojo”. No es dificil adivinar, sobretodo si conoceis las carreras de otros vanguardistas sovieticos, que Vertov no era del gusto de Stalin y sus seguidores, que apostaban más por un realismo socialista sovietico, y su carrera fue encontrando cada vez más trabas y problemas. En “El hombre de la cámara” Vertov intenta realizar, con bastante acierto, una aproximación practica a sus teorias, vanguardista en las formas, pero facilmente comprensible. Desde el primer momento nos expone claramente el tema, un hombre que lleva una cámara, una cámara cuyo objetivo toma la forma de ojo, y espectadores pendientes de que empiece una proyección en una sala de cine. A partir de aquí, con una construcción similar a una sinfonia músical (hay que recordar que algunos directores influenciados por Vertov utilizaron el termino “sinfonia” en los títulos de sus obras, siendo la más popular “Berlin, sinfonia de una ciudad” de Walter Ruttmann), que podríamos dividir en tres partes: 1) el despertar en una ciudad sovietica, 2) el trabajo en fabricas y en la ciudad y 3) el momento de ocio. Para finalizar otra vez en la sala de cine. Durante estas tres partes hay numerosos momentos en los que el hombre de la cámara y la propia naturaleza de la creación filmica es tan importante como el reflejo de la sociedad, así veremos a un operador de cámara grabando desde un coche en marcha, o con una cámara atada al manillar de la bici, así como se muestra el trabajo de la montadora en la sala de montaje. Estas escenas forman parte intrinseca del documental, pues es algo más que un reflejo de la sociedad con forma de sinfonia, es un tratado de como una cámara capta esa realidad, por lo que la cámara no es un sujeto pasivo en la “narración”, sino su centro y su punto de partida. Y para ello Vertov no duda en utilizar todas las trucas que estan a su alcance: multipantallas, congelados, aceleraciones, poner planos que duran menos de 24 fotogramas, sobreimpresiones,... convirtiendo la película en un ensayo filmico sobre las posibilidades del cine.
Como con Keaton, nos encontramos con un extraordinario trabajo de ritmo filmico, pero a diferencia de Buster Keaton, cuyo control del ritmo se debe más al gran trabajo de montaje interno, el ritmo de Vertov se basa principalmente en el montaje externo y en las trucas, algo que lo acerca involuntariamente a la cultura actual del videoclip, y que explicaría el gran interés que han tenido muchos musicos y Djs en musicar esta obra.
¿Quien de los dos tenía razón en su planteamiento? Los dos, pues el cine es más grande que los tópicos y los prejuicios, y porque despues de todo un cineasta no es más que un hombre con una cámara.
1. “The Cameraman” de Buster Keaton
“The Cameraman” es una película rodada en 1928, dirigida por Edward Sedgwick, aunque por todos es conocido que Buster Keaton, en la epoca de máximo esplendor, tenía un gran control sobre sus propias películas, almenos hasta su contrato con MGM, y cuando se realizó esta película era una estrella, por poco tiempo, pero lo era, así que de manera extraoficial Buster Keaton era siempre co-director de sus películas, si bien no siempre se acreditaba como tal. Por lo que que “The Cameraman” es una de las ultimas obras en las que Buster Keaton tuvo control real sobre el resultado final. En esta película Keaton retoma su personaje tipo: un joven norteamericano algo torpe y atontado, pero muy cabezota, que luchara contra viento y marea por conquistar el corazón de su amada. Casi todas sus películas tienen esta estructura, sencilla pero efectiva, variando el contexto donde ocurre la acción y la situación de los personajes, en este caso se trata de un fotografo de poca monta que se enamora de una chica que trabaja con reporteros “documentalistas”, que graban con cámaras de cine noticias para luego incluirlas en los noticiarios. Keaton se comprará una cámara vieja y algo destartalada, e intentará grabar imagenes interesantes para lograr asombrar a su amada. La película tiene todos los cliches de la comedia romantica, chico enamorado, chica que duda entre dos hombres, chico guapo y respetado por todos que va detras de la chica.... a lo que hay que sumarle los cliches de Keaton (los desastres que ocurren a su alrededor, su torpeza...), lo que convierte a este film, que quizás no sea su mejor obra, en un buen ejemplo de su cine. Donde el gag visual es el protagonista, y es que si bien el argumento y los personajes son previsibles, la imaginación visual de Keaton es lo que hace que su películas sean tan interesantes: la batalla campal en el barrio chino, las subidas y bajadas de pisos esperando una llamada (utilizando el mismo escenario que Franz Borzage en “El septimo cielo”),... así como también destaca su magnifico uso del espacio: la piscina, los vestuarios, la barca, etc... y sobretodo por su increible sentido del ritmo, muy deudor de la tradición “slaptick”, y que luego heredarían los “cartoons” animados. A esto sumenle un mono pequeño que se cuelga al cuello del protagonista, metiendolo en aún más problemas, un contrincante chulillo y todos los accidentes, resbalones, errores y persecuciones imaginables. La finalidad de Keaton es clara: divertir. Pero lo hace de forma imaginativa y muy creativa (por esa imaginación, surrealistas como Buñuel lo admiraban religiosamente), contando una historia a priori sencilla, facil de entender por los espectadores, pero de muy elaborada preparación, imaginativa y detallista. Una curiosidad, su jefe realiza un visionado con lo primero que rueda Keaton, el resultado es una especie de documental con imagenes sobreimpresionadas, supuestamente por culpa de la inexperiencia y torpeza de Keaton, por lo que su jefe le abronca y le avergüenza delante de la chica. La filmación que vemos bien podría ser obra de Dziga Vertov.
Buster Keaton y su chica se disponen a salir a pasear, pero un ligon de piscina esta con ella.
“El hombre de la cámara” de Dziga Vertov
Dziga Vertov es un experimentador audio-visual de fuertemente influenciado por el futurismo (su nombre artístico podría traducirse como: “Gira Peonza”), que tanto había influenciado al teatro sovietico y a algunos cineastas (como Eisenstein). Realizó un manifiesto en el que acusaba al cine de ficción argumental de servir exclusivamente a intereses burgueses, algo que según él esta implicito en su naturaleza, proponiendo un cine no-burgues, por lo tanto proletario, que reflejará la realidad, sin utilizar actores ni artificios de origen teatral o literario, y solo utilizando aquellos elementos exclusivos y especificos del cine, basicamente el montaje y el punto de vista. Para Vertov era necesario la creación de un valiente “ejercito” de revolucionarios de la imagen, cámaras indomitos y atrevidos que se dedicaran a observar y a utilizar su cámara como si fueran su propio ojo (según él la cámara era más perfecta que el ojo), soldados llamados “kinoks” cuya arma revolucionaria era su cámara. Vertov realizó numerosos laboratorios de experimentación audiovisual relacionado con los noticiarios, siendo el más popular el “cine-ojo”. No es dificil adivinar, sobretodo si conoceis las carreras de otros vanguardistas sovieticos, que Vertov no era del gusto de Stalin y sus seguidores, que apostaban más por un realismo socialista sovietico, y su carrera fue encontrando cada vez más trabas y problemas. En “El hombre de la cámara” Vertov intenta realizar, con bastante acierto, una aproximación practica a sus teorias, vanguardista en las formas, pero facilmente comprensible. Desde el primer momento nos expone claramente el tema, un hombre que lleva una cámara, una cámara cuyo objetivo toma la forma de ojo, y espectadores pendientes de que empiece una proyección en una sala de cine. A partir de aquí, con una construcción similar a una sinfonia músical (hay que recordar que algunos directores influenciados por Vertov utilizaron el termino “sinfonia” en los títulos de sus obras, siendo la más popular “Berlin, sinfonia de una ciudad” de Walter Ruttmann), que podríamos dividir en tres partes: 1) el despertar en una ciudad sovietica, 2) el trabajo en fabricas y en la ciudad y 3) el momento de ocio. Para finalizar otra vez en la sala de cine. Durante estas tres partes hay numerosos momentos en los que el hombre de la cámara y la propia naturaleza de la creación filmica es tan importante como el reflejo de la sociedad, así veremos a un operador de cámara grabando desde un coche en marcha, o con una cámara atada al manillar de la bici, así como se muestra el trabajo de la montadora en la sala de montaje. Estas escenas forman parte intrinseca del documental, pues es algo más que un reflejo de la sociedad con forma de sinfonia, es un tratado de como una cámara capta esa realidad, por lo que la cámara no es un sujeto pasivo en la “narración”, sino su centro y su punto de partida. Y para ello Vertov no duda en utilizar todas las trucas que estan a su alcance: multipantallas, congelados, aceleraciones, poner planos que duran menos de 24 fotogramas, sobreimpresiones,... convirtiendo la película en un ensayo filmico sobre las posibilidades del cine.
Como con Keaton, nos encontramos con un extraordinario trabajo de ritmo filmico, pero a diferencia de Buster Keaton, cuyo control del ritmo se debe más al gran trabajo de montaje interno, el ritmo de Vertov se basa principalmente en el montaje externo y en las trucas, algo que lo acerca involuntariamente a la cultura actual del videoclip, y que explicaría el gran interés que han tenido muchos musicos y Djs en musicar esta obra.
¿Quien de los dos tenía razón en su planteamiento? Los dos, pues el cine es más grande que los tópicos y los prejuicios, y porque despues de todo un cineasta no es más que un hombre con una cámara.
3 comentarios:
Quedas controlado y rss-ado desde los comentarios de Richard:-) Mi hermano se compró los dvd de Keaton y vimos algunos juntos. Realmente le sobran las palabras y, lo más importante, envejece muy bien: la prueba de fuego!!
Buster Keaton es lo mas grande del mundo... asi de simple...
Nunca me canso de ver Keaton... saludos...
Cuando el arte ataque
Keaton tiene una gran virtud, su imaginación, en un film de Keaton puede ocurrir cualquier cosa, y eso sumado a su magnifico sentido del ritmo, hace que los films de Keaton envejezcan de maravilla, pues siempre serán tremendamente divertidos.
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