miércoles, 11 de julio de 2007

La Princesa de las Ostras (Die Austernprinzessin) 1919 Ernst Lubitsch



En busca del "toque" perdido
Cuando estaba buscando imagenes y videos (tarea en la que he fracasado miserablemente) de esta película, me he encontrado que en casi todas las reseñas hacían mención al famoso "toque Lubitsch", asegurando que esta era la primera película donde este toque se encontraba. Ese toque ante todo era un instrumento publicitario, y en cualquier caso muy es un concepto muy abstracto al que cada cual puede dar su propio sentido. Ese "toque" para mi significa el uso de un humor basado en la alusión y la sugerencia, en la que Lubitsch establece un juego con los espectadores llenando sus films de guiños y pequeños chistes ocultos, en definitiva un humor que provoca más sonrisas que carcajadas, pero que anima a ver sus películas una y otra vez, atento a los pequeños detalles que la enriquecen.
Es cierto que "La princesa de las ostras" es una obra madura, de un cineasta experimentado que ya es capaz de sacar máximo provecho del lenguaje cinematográfico, en especial del montaje, y realiza una obra con un sentido del ritmo extraordinario. Pero su humor no esta basado en la alusión o la sugerencia, sino es un humor caustico, cercano al vodevil y al absurdo, donde todo esta exagerado y donde la logica humana no tiene lugar. Es en definitiva una película de carcajadas, pura y dura, muy inteligente y, sobretodo, muy creativa, pero es su humor es brutal y muy directo, más cercano al slaptick que a las elegantes comedias sentimentales de los 30. Los estudiosos de Lubitsch aseguran que ese "toque" proviene de "Erotikon" de Mauritz Stiller (que aún no he visto) y sobretodo de "Una mujer de Paris" de Charles Chaplin, y desde luego la película de Chaplin tiene algo que recuerda al Lubitsch que todos conocemos, aunque Chaplin le otorgue a su película el melodrama y la moralina que Lubitsch capeaba con tanta elegancia. Según esta teoria la primera película con el dichoso "toque Lubitsch" sería "Los peligros de Flirt (The marriage circle) de 1924, teoria discutible como todas pero más acertada que situar a "La princesa de las ostras" dentro de esta categoria.

Una maravillosa princesa de cartón piedra.
El error es comprensible si tenemos en cuenta que el titulo del film recuerda a las historias de principes, princesas y galanes de la nobleza que tanto gustaban al director Alemán,... pero resulta que la tal princesa no es tal, no es más que la hija de un multimillonario burgues dedicado a la comercialización de ostras (suponemos), por lo que es conocido como el "rey de las ostras" y vive como tal, y su hija es una niña consentida bastante histerica, interpretada magistralmente por Ossi Oswalda, actriz de la que me considero fan incondicional desde que la descubrí en el festival de donosti, es conocida como la "princesa de las ostras", que molesta porque la "princesa del betún" se casará con un noble (y como bien nos recuerda su padre, todos sabemos que las ostras son superiores al betún), así que decide destrozar su casa hasta que su padre no le encuentre un marido.
La película empieza con una imagen brutal, la del rey de las ostras siendo cuidado por varios criados negros, que le dan café y le limpian la boca con una servilleta, mientras un montón de secretarias escriben todo, todo, todo lo que su jefe dice, para pasar a un plano de Ossi destrozando una habitación. A partir de aquí se desarrolla un continuo de gags in crescendo que rozan el delirio, con una colección de personajes frikis digna de la más terrible galeria del horror (mental) y de situaciones a cual más absurda.
Es destacable que a pesar de esta construcción dramática en aparencia tan caotica y donde el sin sentido es lo más común, que todo el film tenga una coherencia interna, una cohesión que no siempre se da en el slaptick, que suele dar prioridad al gag sobre la coherencia, en este sentido la utilización del montaje paralelo de diferentes personajes (en este sentido es especialmente reseñable la secuencia donde el mayordomo del principe espera a Ossi, mientras Ossi se ducha y su padre duerme) y una tecnica que luego usará en sus films de humor norteamericanos, y es utilizar un gag para enlazarlo con el siguiente, como si fuera una cadena interrelacionada, otra técnica de interés que luego repetiría durante su carrera es la repetición de gags, así el "no me impresiona" del rey de las ostras es un claro adelanto de "ese gran, gran actor Joseph Tura" de "Ser o no ser". La habilidad de Lubitsch en la creación de guiones y de frases ingeniosas, que revolucionarían el humor norteamericano e inspirarían a cineastas como Preston Sturges, Gregory LaCava o Billy Wilder, entre otros, ya es patente en toda su producción alemana, sobretodo en las películas de humor, donde los intertitulos son utilizados por Lubitsch como autenticos gags, durante las proyecciones de Donosti el publico se reía tanto o más con los intertitulos que con las imagenes, y "La princesa de las ostras" no es ninguna excepción, sus intertitulos son impagables, llenas de frases y dialogos imposibles dignas del más inspirado Groucho Marx, con dialogos tan absurdos como:

Padre: ¿Por qué me has tirado un periodico?
Hija: Porque ya he roto todos los jarrones.
o
Padre: Estoy sudando como un cerdo.
Hija: Cada uno suda como puede.

Y así una y otra vez, dialogos ingeniosos y absurdos que demostraban la necesidad de Lubitsch de utilizar la palabra para hacer reir al espectador, y que para ello era capaz de usar los intertitulos de una forma brutal (la edición en dvd, que tiene una estupenda calidad de imagen, la traducción de los titulos es tan desangelada, sosa y artificial, y esta traducida con tan poco sentido del humor, que le quita parte de la gracia, pero aún así puede verse la genialidad de Lubitsch en este apartado).

Para finalizar, solo recomendaros encarecidamente que veais esta película en cuanto tengais oportunidad, esta editada en dvd, y se puede bajar por el emule, así que no hay excusa, os encontrareis con una película salvajemente divertida, imaginativa y muy dinámica, tan genial como "La muñeca (Die Puppe)", de la que tarde o temprano también escribiré, o "No quiero ser hombre", ambas de Lubitsch y protagonizadas por esa pedazo de actriz que parece salida de un cartoon y que responde al nombre de Ossi Oswalda, magnifica.

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